Las fiestas de la Beata son las fiestas populares de verano de Vilafranca y no son las fiestas patronales, ya que la patrona de la población es Santa Bárbara (4 de diciembre). El origen de la celebración de estas fiestas se sitúa a finales del siglo XVIII. En este sentido, cabe mencionar que las fiestas de verano de Vilafranca se celebraban anteriormente por San Agustín, coincidiendo con la celebración de este santo se construyó durante el año 1685. No obstante, las fiestas de la Beata desplazaron las fiestas de San Agustín, que se mantuvo con la fiesta litúrgica solemne hasta finales del siglo XX. El hecho de que día 28 de julio, día de Santa Catalina Tomàs, coincidiera con la finalización de los trabajos de segar y batir, tuvo mucho que ver.

Las fiestas de La Beata se celebraron con oficio litúrgico y baile, con la música de las xeremías, tambor y flabiol. Con el paso del tiempo, las fiestas de la Beata fueron incorporando elementos nuevos.

El elemento tradicional por excelencia es la salida del demonio del viernes de fiestas, acompañado de cabezudos y xeremías, que aún mantiene y que año tras año asume más protagonismo.

Cabe decir que, en este sentido, la figura del demonio en Vilafranca aparece desde que se tiene constancia del primer programa escrito. Aunque no hay ninguna prueba que nos ayude a fechar la actual careta del demonio, fuentes orales indican que la careta, como mínimo, tiene más de ochenta años, posiblemente una de las más antiguas que aún siguen activas y que tiene la peculiaridad de estar hecha de madera de almendro.

El sonido de las xeremías, del tambor y el flabiol anuncia la salida del demonio y los cabezudos, que inician un pasacalle con el vaivén de los niños delante y detrás del demonio.

Actualmente las fiestas cuentan con un amplio programa de actividades de todo tipo. Conferencias, exposiciones, actividades deportivas, actividades lúdicas para niños y jóvenes, la misa para la gente mayor, la obra de teatro, el cine al aire libre, el concierto joven, la verbena del sábado de fiestas, la actuación de la banda de música, los fuegos artificiales del domingo con un pasacalle y, por supuesto, la salida del demonio, son elementos que no suelen faltar en el programa de fiestas.

La participación en las Fiestas de La Beata es especialmente remarcable y representa, para muchos, el inicio de las vacaciones de verano.

Desde hace unos años ha ido ganando protagonismo una fiesta bajo el nombre de Sa Revola que aglomera muchos jóvenes el último domingo de fiestas, coincidiendo con la finalización del programa oficial de actos. Este es un elemento fuera del programa oficial de las fiestas que surgió de la espontaneidad y la improvisación de un grupo de jóvenes del pueblo. Camiones de agua, el demonio de Sa Revolta y cabezudos con personajes del pueblo forman parte de este particular fin de fiestas de verano.